Un western crepúscular inolvidable, con un comienzo y un final explícitamente violentos.
A finales de los años 60 se estrenaba este memorable western dirigido por Sam Peckinpah. Peckinpah atravesaba momentos difíciles, tras haber sido despedido del rodaje de El rey del juego, y haber sobrevivido dando clases y vendiendo algunos guiones. La película de la que hablamos cuenta con un reparto casi perfecto: William Holden en el papel de Pike Bishop; Robert Ryan como el antiguo compañero de armas de Bishop Deke Thornton; y Ernest Borgnine en el papel del leal compañero de Bishop Dutch Engstrom. Estos tres actores llevan a cabo una de las mejores interpretaciones de sus carreras, sobre todo Holden y Borgnine, que muestran una impresionante compenetración.