Creíble y completo retrato del líder político americano, con una lograda caracterización de Daniel Day-Lewis y un trabajo técnico casi inmejorable.
Steven Spielberg estrenaba su última película como director el pasado fin de semana. Lincoln es, como su propio nombre indica, un acercamiento a la figura de Abraham Lincoln, uno de los presidentes más famosos de los Estados Unidos, en el contexto de la Guerra de Secesión. Confieso que entre los libros de mi estantería pendientes de leer está La otra historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn. Digo esto para subrayar mi poco conocimiento de la Historia de la potencia imperial por antonomasia del pasado siglo. No obstante, creo importante recordar esa frase que dice que la Historia la escriben los vencedores, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. En ese sentido, y a pesar de que una película no es un libro de Historia, resulta llamativo que, al recordar el nacimiento de Estados Unidos en la introducción, se omita el genocidio sobre la población indígena o el carácter expansionista e imperialista que desde el principio tuvo el citado país (en el momento en que se situa la acción de Lincoln, Estados Unidos ya había conquistado la mitad de México a su vecino del sur) Pero vayamos al grano.