sábado, 26 de enero de 2013

Lincoln

Creíble y completo retrato del líder político americano, con una lograda caracterización de Daniel Day-Lewis y un trabajo técnico casi inmejorable.




Steven Spielberg estrenaba su última película como director el pasado fin de semana. Lincoln es, como su propio nombre indica, un acercamiento a la figura de Abraham Lincoln, uno de los presidentes más famosos de los Estados Unidos, en el contexto de la Guerra de Secesión. Confieso que entre los libros de mi estantería pendientes de leer está La otra historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn. Digo esto para subrayar mi poco conocimiento de la Historia de la potencia imperial por antonomasia del pasado siglo. No obstante, creo importante recordar esa frase que dice que la Historia la escriben los vencedores, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. En ese sentido, y a pesar de que una película no es un libro de Historia, resulta llamativo que, al recordar el nacimiento de Estados Unidos en la introducción, se omita el genocidio sobre la población indígena o el carácter expansionista e imperialista que desde el principio tuvo el citado país (en el momento en que se situa la acción de Lincoln, Estados Unidos ya había conquistado la mitad de México a su vecino del sur) Pero vayamos al grano.


Lincoln nos muestra la figura del político estadounidense en todas sus dimensiones: el carismático lider militar, el animal político que sabe moverse habilidosamente en los tejemanejes de la política o el padre de familia y esposo. El filme cuenta con un reparto de lujo que realiza unas interpretaciones intachables, comenzando por un soberbio (como casi siempre en él por otra parte) Daniel Day-Lewis en el papel del propio Lincoln, Sally Field como esposa de éste, David Strathairn, Joseph Goldon-Levitt o Tommy Lee Jones. Todos ellos llevan a cabo unas magníficas interpretaciones.

En cuanto a Spielberg, una vez más demuestra su talento y oficio detrás de la cámara. Sabe colocar la cámara como pocos para captar en cada momento lo que desea captar bien por parte de los actores o del escenario. Spielberg centra todo su esfuerzo en mostrarnos el carácter poliédrico de Lincoln, dejando en un segundo plano el desarrollo de la guerra y sus batallas, a diferencia de otros de sus trabajos. Ahora bien, cuando quiere captar la crueldad y crudeza de la guerra, lo consigue como pocos podrían hacerlo.

El trabajo técnico en Lincoln es excelente, destacando el vestuario y el maquillaje, los cuales aportan una gran credibilidad a la recreación de la época, sombreros de copa y trajes incluidos. Especialmente destacable y lograda resulta la caracterización de Daniel Day-Lewis como el propio político estadounidense.

La película tiene por momentos un cierto aire teatral, que considero que le aporta originalidad. Spielberg muestra una querencia por los espacios cerrados y los diálogos, mordaces y elocuentes en su mayoría, sobre todo los parlamentos de los representantes políticos en el hemiciclo. Y es que una parte importante de la trama de la película tiene que ver con la abolición de la esclavitud, uno de los motivos por los que tiene lugar dicha guerra. A lo largo del filme se nos muestra la política en toda su crudeza: compra-venta de apoyos, uso de medias verdades. Echo en falta un mayor peso de los personajes negros dentro de la historia, que en su mayoría asisten como testigos mudos a dicho debate (es posible que en la realidad ocurriera realmente así) y, sobre todo, un pequeño esfuerzo en mostrar cuáles fueron las consecuencias reales de la abolición de esta infame práctica.

A diferencia de mucha gente en Europa, no me considero especialmente antiestadounidense. Ese país ha aportado grandes pensadores, como Noam Chomsky, un movimiento obrero digno de elogio, un movimiento por los derechos civiles que consiguió el reconocimiento de facto de las personas negras de ese país o un movimiento contracultural que fue referente posterior en muchas partes del mundo. Todas las personas y movimientos mencionados me merecen más respeto que la figura del propio Abraham Lincoln, que posiblemente resulta excesivamente idealizada en esta película. Dicho lo cual, hay que reconocerle a Spielberg haber realizado un magnífico trabajo técnico recreando la figura personal de Lincoln y la época y el momento histórico que le tocó vivir.

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